lunes, 18 de enero de 2010

Revival

Vuelvo de Lisboa ,tras la "iniciación" del año nuevo, otra lengua, otros olores y sensaciones. Cuando salgo de mi entorno algo en mí se transforma, me siento más viva alejada de la rutina,todo mi ser está ávido de novedad, se me despiertan todos los sentidos. La sensación de lejanía me libera. Soy yo más libre. Abro mi ordenador para ver los correos de mi ausencia.Y allí, un remitente desconocido me dice que es un amigo de mis 17 años. No lo puedo creer , magia del ciberespacio, sin contacto en tantos años y de repente en el muro de facebook todo vuelve a ser familiar; me cuenta, le cuento, muros de mil palabras siempre a vuelta de correo.Desmenuzamos el pasado y nuestro presente, actualizamos nuestros destinos. Me engancho de la que fuí entonces y me dejo seducir por los halagos hacia aquella casi adolescente que compartió años de amistad con ese amigo. Parece que el tiempo no ha pasado, volvemos a estar cada uno en la vida del otro, con la distancia del tiempo, la de dos ciudades distantes y la de los impulsos del adsl.
Revivir desde adulto aquellas dudas existenciales, los amores no correspondidos, los pasillos helados de la facultad, el vino barato y las patatas bravas mientras hablábamos de Camus , de la injusticia social , me hace pensar que el tiempo no existe , que es una metáfora para seguir avanzando, que lo que vamos aprendiendo y viviendo es fruto del trazado de un camino. Independiente de las horas y de los años, de ese reloj que no marca tiempo, que cuenta pasos y huellas.

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