lunes, 21 de diciembre de 2009
Un cuadro
Una mujer lava sus medias en el lavabo. En frente el espejo le devuelve su imagen cansada iluminada por una luz blanquecina de neón. Sumerge las manos en el agua tibia y frota con el jabón los pies de las medias , una y otra vez, como si quisiera borrar las huellas de los pasos que ha dado con ellas. Quita el tapón del lavabo y ve como el agua grisácea hace un remolino y se va haciendo un ligero rugido. Vuelve a tapar el lavabo, abre el grifo y el agua limpia lo vuelve a llenar. De nuevo entran y salen sus manos sosteniendo las medias por la cintura ,dejando burbujas de espuma en el agua nueva. Con suavidad las vuelve a frotar hasta comprobar que no quedan rastros del jabón. Escurre el agua de las medias y las cuelga en el grifo de la bañera.Hay mucho silencio en el cuarto de baño.El neón a punto de extinguirse parpadea. Ella también, como si quisiera quitarse agua de los ojos. Desde fuera parece un cuadro de Eduard Hooper. Además, lleva una bata roja, es el único color del cuarto de baño.Esta mujer que se lava las medias en el lavabo me produce una ternura infinita. A solas , con sus medias ,su bata roja y las manos húmedas, en esa relación con su intimidad-su ropa sucia-es la imagen de la mayor soledad.
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